domingo, 4 de noviembre de 2007

A que le temes?


Adaptación de la Parábola de los talentos (Mateo 25, 14-30)

Dios envía tres Almas a la vida terrenal. El decide que las 3 vivirán con abundancia en todo los sentidos pero a cada una le ha fijado misiones diferentes. A la primera, le encomienda que aprenda a ser Humilde; a la segunda, le dice que debe aprender a ser Justa y a la tercera, le da por misión que aprenda a ser Libre.

Pasado el tiempo necesario, Dios decide traer de regreso a las Almas. Se dirige hacia la primera de ellas y la consigue con un halo de Luz brillante a su alrededor y una expresion de paz en su rostro.

- Hijo Mío, tú tiempo ha terminado.
- Lo se mi Señor, te estaba esperando.
- Que has aprendido durante tú vida humana?
- Aún cuando me rodeaste de abundancia aprendi a tomar sólo lo que necesitaba. Aprendi que la riqueza material es un espejismo y que la verdadera riqueza está en el espiritu. Aprendí que lo físico es temporal mientras que lo espiritual es eterno.

Dios respondió orgulloso: "Me alegro Hijo. Ven conmigo, eres bienvenido a mi Reino."

Se dirije Dios entonces a la segunda Alma y la encuentra atareada trabajando en unos papeles. Tenia una expresion de satisfaccion y alegria en el rostro.

- Hijo mío, tú tiempo ha terminado.
- Es una lástima mi Señor, aún quisiera hacer muchas más cosas pero estoy satisfecho con lo que he hecho y acepto tu decisión.
- Y que has hecho durante tú vida humana?
- Observé que me rodeaste de mucha abundancia mientras otros no tenían nada; así que me propuse a compartir lo que yo tenía en exceso con aquellos a quienes les faltaba. Les he enseñado a otros como utilizar los recursos que tu nos pones a nuestro alcance y como aprovecharlos. También aprendi que todos tenemos las mismas posibilidades ante tus ojos mi Señor, sólo que muchos se tapan los ojos y no lo ven.

Dios respondió con satisfacción: "Me alegro Hijo. Ven conmigo, eres bienvenido a mi Reino"

Se encamina entonces Dios hacia la tercera Alma. Entró a un recinto oscuro y frío y en un rincón de este se encontraba el Alma sollozando; Dios se acercó y la vió abrazada a sí misma y con los ojos cerrados.

- Hijo Mío, tú tiempo ha terminado.

Como si hubiera recibido una descarga eléctrica el Alma se estremeció y su sollozo se convirtió en un quejido de terror.

- Que te pasa Hijo?.
- Tengo Miedo...
- A que le temes?

Entre gemidos el Alma respondio:

- Durante mi vida tuve que luchar mucho para conseguir lo que he logrado. He sido exitoso en mi profesion y he podido acumular una gran riqueza que me ha permitido vivir comodamente...ahora me da miedo dejar todo lo que he construido
- Hijo, yo te pedí que aprendieras a ser Libre.
- Y lo hice mi señor, soy Libre, no dependo de nadie...
-
Es esa para ti la Libertad?, eres exclavo de tus necesidades fisicas.
- Ahora lo se mi Señor, pero no se como cambiar...he fracasado
-
No hijo, abre tus ojos y podras ver lo que la oscuridad no te ha permitido ver.
- No puedo abrir mis ojos Padre ayudame por favor.

Con tristeza Dios le respondio:
- No hijo yo no puedo hacer por ti lo que tu debes hacer...

A medida que la tercera Alma hablaba, la oscuridad de la habitacion se hacía más tensa y un frío gélido inundaba el recinto.

- Tengo frio, no me abandones Señor
- Yo nunca te abandonare, siempre estare aca esperando que abras tus ojos a mi.
- No puedo, no puedo.... - y diciendo esto al Alma se fué hundiendo en la negra Oscuridad...

"Aquel que tiene Fé en mí no temerá y la Fé se le devolverá en Esperanza y Paz. Pero aquel que no confíe en mí palabra, vivirá envuelto en un mundo de dudas y falsas ilusiones..."