lunes, 22 de octubre de 2007

Dios nos da Oportunidades

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Tengo varios días que no he podido dormir bien; siempre que intento conciliar el sueño una oscura penumbra ensombrece mi mente y un frio paraliza mi espalda. Siento miedo y cierro mis ojos fuertemente sin querer abrirlos por el terror que me da el abrirlos y observar imágenes que imagino pasan a mi alrededor.Oigo voces, unos gritan otros susurran ,otros lloran…esto me ha pasado en varias oportunidades y siempre me he despertado sobresaltado y con una fuerte pesadez en mi frente…

Por todos los medios intenté tratar de aclarar mi mente y sacudir de mi Espíritu esa espesa negrura que me impedía conectarme con la Luz. El sábado pasado, luego de algunos ejercicios de meditaciones, caí en un sueño profundo y la escena intentó repetirse una vez más. Allí estaba la oscuridad nuevamente con las mismas intenciones de aterrorizarme y dejarme paralizado sin reaccionar, pero esta vez no sentí miedo. Un sensación calida me envolvía y me daba el valor para enfrentar esa pesadilla.

Esta vez tenía los ojos plenamente abiertos. Veía sombras a mi alrededor que trataban de evitar que yo viera más alla de la oscuridad. Y es que más alla de esas sombras había Luz. Una Luz radiante y multicolor que se colaba entre las sombras y me envolvía. Comprendí que era esa Luz la que me hacia sentir cálido y seguro.

Entonces puse más atención en las voces. Muchas de ellas, las que gritaban, las escuchaba huecas y sin sentido, como auqellos viejos discos a los que uno les bajaba las RPM y se escuchaban en cámara lenta. Me di cuenta de que esas voces no eran reales.

Le puse atención entonces a los llantos. No eran llantos de dolor, no. Algunas veces han llorado de indignación?, O de rabia? O incluso de miedo?. Bueno esa eran las sensaciones que me transmitían esas personas llorando. Caminé en la dirección de donde se escuchaban los lamentos; las sombras intentaban impedirme el paso, pero al sentir que yo no les temía, se desvanecían. Al llegar a esas personas, pude ver que todas ellas tenían los ojos cerrados; sentí que estaban en la misma situación en que yo había estado en los otros días que había tenido esa visión. Empecé a gritarles que no tuvieran miedo, que abrieran los ojos, pero no me escucharon.

Entonces escuché los susurros. Estos eran cada vez más fuertes y en la medida en que aumentaban el volúmen la Luz del fondo se hacía más fuerte y las personas que tenían los ojos cerrados los abrían y comenzaban a susurrar primero y luego también aumentaban el volúmen de sus palabras. Caminé hacia los que susrraban y me di cuenta que ellos estaban rodeados de Luz. La mayoría eran Jóvenes. La calidez que me rodeaba se transformó en una sensación de brisa fresca.

Una mano se posó en mi hombro y yo voltié y alli estaba la India. Me sonrió y me señaló con una mano el grupo de gente rodeado de Luz al cual se integraban cada vez más personas y con la otra el grupo de las personas que se lamentaban rodeadas de las penumbras provocadas por las sombras.

Un mensaje me llegó a mi mente: "Aquel que este con la Luz podrá vencer a las tinieblas viendo lo que ellas te quieren ocultar. La Luz está siempre allí, pero nadie puede abrir tús ojos, sólo tú puedes. Dios no no da alimento al hambriento, él pone lo campos y los animales. Dios no le da agua al sediento, pone los ríos alli. Dios no hace milagros, sólo te da oportunidades…."


Provebios 13:9 "La Luz de los justos es alegre, la lámpara de los impíos se apaga"

Vamos entonces a abrir nuestros ojos para ver la Luz y lo que ella nos ofrece.